LA MESA DEL OCHO

En la mesa del Ocho

cada comensal aportaba lo suyo

con tranquila generosidad

sin prisas postmodernas.

Mario el mundo de las ideas

y la cautela fecunda;

Edmundo la palabra comprometida

la pasión política romántica;

Hugo el de los cielos

sus pastas, la ópera italiana,

su disfraz de franciscano;

Silvio el señor del ingenio

su recordada Palena

su trabajo de humano galeno;

Manuel el de los números

conocedor de misterios

vigilante en todo momento;

Felipe el caballero de siempre

radical de los antiguos

fiel caminante de su camino;

Carlos anfitrión gustoso

del buen comer y de amigos pronto;

Sergio el de la gran sonrisa

poniendo mesura en las discusiones

y en los temores del día.

Martes y viernes

como relojes como campanadas

iban los ocho admirables

de lo humano a lo divino.

Fueron un planeta.

Yo los recuerdo.


Enrique Sáez Ramdohr

6/9/2008