HÉCTOR VA DE NUBE EN NUBE

La muerte arrancó el corazón de Héctor

a punta de bayonetas caladas

sin piedad alguna como es su costumbre

entre la sangre y el viento

entre el dolor heredado y la esperanza perdida.

Quienes te conocimos no podemos menos

que estar tristes impotentes asolados

bebiendo un vaso de angustia

en diferentes momentos o a cada rato.


¡Muerte, has logrado tu cometido!

¡Has dado el golpe certero y odioso!

Pero la muerte por muy poderosa que sea

deja un resto a su paso

algo para el humano consuelo

y que cada uno rescata a su manera.

Quedan así bellos recuerdos violetas

tu amplia sonrisa repartida como el pan

para todos tus familiares y conocidos

una dedicación nortina desértica

a Lucy de siempre, a tus hijos y nietos

que fueron tu vida y tu alegre morada.

Los recuerdos te tienen con nosotros

en la tierra, en las flores, en el sol,

como una hoja más, como un niño más

que trota de nube en nube

que mira desde lo alto con tus ojos claros.

como si nada hubiera cambiado…

como si la muerte se hubiese equivocado

de calle, casa, número, pieza.

Caballero de los que ya no quedan

o son demasiado pocos.

Héctor, nadie te olvidará.

Enrique Sáez Ramdohr