OTRO AÑO MÁS
Otro año más que se avecina
con su maleta nueva y una sonrisa
trayendo quizás las ilusiones
y la sangre de los que no están conmigo.
Un año de pena y de cristales
por donde mirar la vida
día tras día, noche tras noche
permanente y riguroso como el calendario
que no olvida ni tampoco perdona:
año nuevo mío en huesos ya viejos
en arterias gastadas y algo aburridas
que piden un manjar de agua
cristalina, violeta, alucinada
que buscan con calma piñizcos de alegría…
Habrá tal vez una puerta
o mejor una pequeña ventana color tierra
que se encarame a los árboles
que baile con la luna de harina
que muestre nubes y lloviznas
que salude al sol todos los días.
No hay que dejar de soñar ahora.
Dar las gracias no es cobardía.
A veces suceden milagros…
a pesar de mis ojeras antiguas
a pesar de la tinta negra
con que escribo
y que me define como el poeta
más romántico de la tierra.
Bienvenido, entonces, Año mío.
Quédate en mi casa lo que más puedas.
Te abraza este viejo
que ha sido siempre un niño.
Enrique Sáez Ramdohr
6/03/2012